Corte y "medio"

Muchos cortes de caminos hoy en el país. De los que me acuerdo uno fue en un puente de la capital y algunos otros en la provincia de entre ríos. El del puente, unido por un solo significante. Los demás también. En el primero se pidió por los derechos humanos. En los restantes por el dinero y el poder. Ambos están impulsados por ideas fuertes, que son sostenidas sin dudar. Y muy claras. Los primeros reclaman más justicia y más derechos humanos y los segundos reclaman más dinero. Hasta ahí clarísimo. Pero dos imágenes muy distintas me mostraron “los medios”. Los primeros “provocaron caos en el tránsito”. Los segundos “están a la espera de una decisión de los legisladores oficialistas”. Escuché que los “piqueteros” se retiraron a las dos horas. Los “chacareros” siguen por tiempo indeterminado. “Caos de tránsito” para el primer corte, “largas colas de vehículos en las rutas” para los otros. Hete aquí una llamativa distinción que me arrojó una pregunta: ¿están molestando realmente quienes nos dicen que están molestando? ¿Están provocando quienes nos dicen que están provocando? ¿Quiénes están en condiciones de generan más sufrimiento a otros seres humanos? ¿Quiénes querrían hacerlo? ¿Quiénes son más egoístas? ¿Quiénes a lo largo de la historia le hicieron más daño al país? Los monopólicos de la verdad nacieron con la mayoría de las respuestas aprendidas, el resto se irán inventando… y no serán tantas, aunque todas se repetirán hasta el cansancio. Los seres comunes, que vivimos preguntando y preguntándonos a cada instante para poder interpretar la realidad y poder participar positivamente de ella, ¿estamos aprendiendo? ¿Estamos construyendo nuestras respuestas? Prohibido dormirse.
Y una más. ¿Por qué en el primer corte estuvo presente la policía con cascos, gases y escudos haciendo barrera y en el otro no había más que un gendarme que intentaba mediar ante los manifestantes?
Los medios seguirán administrándonos las verdades en las dosis que crean necesarias. Y en muchos seguirá surtiendo efecto, aunque más no sea uno secundario pero bien valorado por los “laboratorios” como el adormecimiento. Y ojo, que se nos pueden dormir las ganas, se nos puede dormir la alegría, se nos puede dormir la esperanza, pero cagamos si se nos duermen las preguntas, porque las preguntas nos hacen libres
Abrazos.
Ernesto Alvarez